TODO TIENE UN COMIENZO
Todo comienza en Valledupar, una familia con una arraigada tradición en el campo y la cocina, con un padre visionario que ve el valor donde nadie más puede. El lugar, un terreno que cualquier otra persona hubiera considerado “inútil” al verlo. Pero no el nuestro, no para nuestra historia. Una finca que enseñó el valor del cuidado, la determinación y el trabajo, y desde la cual podríamos decir que se obtuvieron los primeros litros de leche que darían inicio a MUCCA.
EL EMPRENDIMIENTO ES GENÉTICO
Avanzando en el tiempo, la hija de nuestro primer protagonista siguió los pasos de su padre: no hay trabajo más digno que trabajar para uno mismo. Quienes lo han experimentado lo saben, emprender te desafía y rompe tus ilusiones antes de brindarte la satisfacción del éxito. La ironía del éxito. Mil ideas surgieron, mil ideas fueron intentadas, mil ideas fueron probadas y mil ideas fueron aconsejadas. Pero ninguna dio el salto. Sin embargo, como suele ocurrir en la mayoría de las historias, la idea estaba más cerca de lo que se pensaba. Una pequeña reliquia (abordaremos esta palabra por el bien de este relato) y el simple gusto de mamá por cocinar, específicamente por hacer helados, se convirtieron en la chispa, increíble pero verdadera, de la idea ganadora.
EL ARTE DE LO SIMPLE
Sumemos a esto el calor característico de Valledupar. Obviamente, nuestra idea no sería una cazuela o una sopa caliente. No. Nuestra idea sería tan sencilla, tan simple, que daría inicio a un sinfín de posibilidades: un helado. Pero un helado auténtico, como dirían algunos. Ahora tenemos a nuestra protagonista con una idea y a nuestro héroe enfrentando su conflicto: ¿Cómo hacer un helado diferente? Rara vez la incertidumbre que surge al finalizar los estudios universitarios deja espacio para buenas ideas, pero este caso es diferente. En este caso nos lleva a Italia, a aprender las raíces, la tradición y el valor de un helado distinto, un producto que en Colombia sería poco conocido, un helado auténtico: el Gelato.
EL ARTE DE LO SIMPLE
Después de adquirir la experiencia necesaria y dedicar el tiempo requerido para convertirla en la base de un proceso creativo de sabores, regresamos a Valledupar. Siempre supimos que este sería el punto de partida de nuestra idea. Una técnica de heladería italiana combinada con el conocimiento culinario de la tradición colombiana daría como resultado el auténtico helado que estábamos buscando. Queremos rendir homenaje a los comienzos, honrar la historia, desde la tradición del gelato italiano hasta la vaca de aquella finca que proporcionó los primeros litros de leche con los que se comenzó a cocinar esta historia de MUCCA (o vaca en italiano). MUCCA, Gelatería.
UNA NUEVA FAMILIA
Con el tiempo y, por supuesto, la ayuda de familiares y amigos, MUCCA fue creciendo en Valledupar. Un esfuerzo que parecía único, desde guardar los helados en lugares que no eran propios, correr de un lado a otro para cumplir con las entregas y realizar pruebas constantes de sabores que mezclaban ideas únicas con elementos cotidianos, terminó convirtiendo a MUCCA en algo inesperado en tan poco tiempo. Un negocio que podría expandirse y tener presencia en más de una ciudad. Sin embargo, mientras todo esto sucedía, otra historia se entrelazaba con la nuestra. A partir de un amor de tiempos pasados, nos hizo creer en la verdad oculta en los cuentos de hadas: alguien que, aunque no se atrevía a probar otro sabor que no fuera el chocolate, convertiría a MUCCA en una nueva familia.
EL VALOR DE LA CONSISTENCIA
Con la llegada de esta compañía, no solo en lo romántico sino en la vida misma, MUCCA continuó proyectándose como una marca capaz de crear experiencias únicas. A medida que MUCCA exploraba sabores de gelato, decidieron aventurarse con nuevos productos: pastas, pizzas, algo que complementara la historia de las personas que salían en busca de algo para comer y terminaban encontrando un nuevo lugar favorito en Valledupar. Así mismo, nuestra pareja de protagonistas, que comenzó una relación amorosa en su juventud, descubrió algo mucho más valioso de lo que esperaban: una familia. Y con ella llegó el último de los personajes conocidos en esta cronología, llamado Vicente. La ironía del éxito se desvanecía, ya que todo parecía seguir un orden natural.
LA AUSENCIA DE UN FINAL
Con la llegada de nuestro pequeño nuevo integrante, el crecimiento constante del negocio y las presiones de la adultez, llegamos a la última parte de lo que conocemos, hasta ahora, de nuestra historia. Si esperabas un final, lamentamos decepcionarte, pero no lo hay. La historia continúa con la llegada de MUCCA a Bogotá. Es un nuevo gran paso para nuestra pequeña historia, que busca convertir la idea en algo más grande de lo que ha sido hasta ahora, y que finalmente ejemplificará lo que llamamos el valor de esta marca: seguir creando el ingrediente básico con dedicación y cariño, para generar el espacio ideal de historias que valga la pena seguir contando.
